martes, 5 de noviembre de 2024

Aunque usted no lo crea… desde Lima

El puente Ricardo Palma, que se extiende sobre la vía de evitamiento de Lima, conecta el centro de Lima, o “cercado de Lima” con el distrito del Rimac. La vía de evitamiento es una vía clave, pues conecta la Panamericana Sur, con la Panamericana Norte. Por esta via circulan miles de vehículos diariamente. El puente a su vez es también muy transitado, pero no tanto, pues conecta el Centro de Lima con el Rimac y es también ruta hacia el populoso distrito de San Juan de Lurigancho, el cual es el distrito más poblado de la capital limeña.

El día 10 de octubre, un tarado que manejaba un camión, chocó contra el puente. No contra la base, no contra la columna, sino contra el puente. ¿Cómo así? Bueno, exceso de altura. El día 15 de octubre, 5 días después, vino un segundo tarado, y por la misma razón impactó el puente ya debilitado. Increíblemente, llegó un tercer tarado el 24 de octubre, 9 días después del segundo y dos semanas después del primero. Aunque usted no lo crea, el 03 de noviembre, llega un cuarto tarado. Ya es para no creerlo. Mismo motivo los 4. Esto ya es digno de “Aunque usted no lo crea…De Ripley”.

Debo decir que no es nuevo en Lima. Esta clase de accidentes pasan con demasiada frecuencia, y no sólo contra puentes vehiculares, hay muchos puentes peatonales que se han tumbado también idiotas como estos. Varios puentes de diferentes vías han sido afectados. Lo peor es que no es nada complicado. Conoces la altura de tu vehículo con carga, las alturas de los puentes están estipuladas en los mismos puentes. Si la altura de tu camión excede, pues buscas otra ruta. Estos conductores, que según la legislación peruana son considerados “profesionales” (lo pongo entre comillas porque realmente viendo como manejan me da indignación ese término) ¿No saben acaso cuanto miden sus camiones cargados? ¿No les importa acaso? ¿Será quizá que dicen la clásica frase peruana “con fe”?

Algo que tengo que decir que me llama mucho la atención, es una suerte de contradicción. En su comunicado, EMAPE, la Empresa Municipal de Apoyo a Proyectos Estratégicos, la cual es encargada del puente por motivos que no entiendo del todo pues se trata de una vía concesionada, exhorta a la SUTRAN, Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías, a fiscalizar que no se excedan los 4.20 metros de altura permitidos en la vía. Lo curioso del hecho, es que, si uno observa los reportajes hechos por los diversos medios, podrá notar que en el mismo puente aparece una señalización de altura que marca los 4.40 metros. O sea, señores de EMAPE, decídanse pues. Personalmente lo quitaría ese cartel del puente y lo reemplazaría por uno que dice 4.20 metros. Quizá ese sea el origen de todo el problema. Es más, si lo cambian por uno que diga 4 metros, mejor. Mientan, nadie se va a dar cuenta y se van a evitar varias migrañas en el proceso. Es más, por favor que mientan en todos los puentes, peatonales y vehiculares, a nivel de Lima.

Lo peor de todo, y lo que más me indigna, es que la imbecilidad de 4 le ha jodido y les joderán la vida a miles de personas. Miles que van hacia el cono norte, que debido a los trabajos de reparación van a perder muchas horas en el tráfico debido al cierre de uno o más carriles en la vía de Evitamiento por las obras de reparación. Además de los miles que también van a perder su tiempo en el tráfico porque las rutas alternas hacia San Juan de Lurigancho y el Rimac, obviamente se van a sobrecargar.  Gracias al universo yo no paso por ahí. No vivo cerca ni me movilizo cerca, pero no puedo si no solidarizarme con las miles de personas que van a perder varios días de su vida (calculando que esto genere 2 horas de tráfico adicional por día para estas personas, una de ida y una de vuelta a sus casas, por 2 meses que dure la reparación del puente) Siendo sinceros, ya que estamos en Perú, probablemente sea más de 2 meses. 2 horas por 52 días (no cuento domingos) son 104 horas. Son 4.33 días. 4 días y 8 horas de vida que van a perder, en un escenario bastante optimista, miles de personas. Todo por 4 tarados.

No puedo si no esperar que las autoridades se pongan las pilas. No sólo en hacer que los conductores y propietarios de los camiones se hagan responsables de los daños ocasionados, sino también las empresas cuyas cargas son trasladadas. Si los hacemos responsables, si les duele en el bolsillo, van a ser más responsables y esto se va a detener.

Hace muchos años, como parte de un programa de experiencia laboral del colegio, me enviaron a la empresa donde trabajaba, o quizá era propietario, no lo recuerdo, el padre de un compañero de promoción. Lo relevante es que esta empresa se dedicaba al rubro del traslado de mercancías especiales. Es decir, cargas desmedidamente grandes. Recuerdo claramente que ellos tenían en un mapa cada puente del Perú y cuál era la altura de cada uno. De acuerdo a eso, trazaban las rutas que sus camiones seguían.  No es tan difícil.

Esto no es más que un ciclo de incompetencia que abarca a todos y todo. Los conductores de camiones que no saben o no les importa la altura de sus camiones y la relación con la altura de los puentes. Las empresas a las que no les importa conocer la altura de los puentes y trazar una ruta acorde. Finalmente, las autoridades quienes envían mensajes confusos. El puente dice 4.40 metros y ellos en su comunicado 4.20. Esto sin duda puede generar confusión. Mi recomendación para las autoridades es lo más sencillo: mientan. Digan 4 metros y ya. Les prometo que les va a ahorrar muchos dolores de cabeza. No olviden, sin embargo, hacer que todos paguen, desde el conductor hasta las empresas, es lo justo.

La falta de sentido común ya alcanza un nivel ridículo. Lo peor es que no es por parte de 1, si no de varias personas.

lunes, 4 de noviembre de 2024

Se busca: sentido común

La inutilidad en Lima abunda. No sólo de parte de autoridades, si no, de empresas privadas también. Hoy voy a hablarles de Rutas de Lima. Estas carencias y falta de capacidad, y de sentido común, usualmente no me molestan. Cuando me perjudican, sin embargo, cambia la cosa.

31 de octubre es una fecha en el mundo muy reconocida. En Perú, son habituales las fiestas de Halloween. Se sabe que hay muchas. Se sabe que empiezan en la noche y que acaban temprano en la mañana del día siguiente. Obviamente, los organizadores de estas fiestas, no lo hacen por amor al arte, no lo hacen por cariño a la gente. Lo hacen por dinero. Entre más gente vaya a una fiesta, obviamente, más dinero ganan los organizadores. Ahora bien, para que más gente vaya, se necesita 1 sola cosa: publicidad. Entonces, ¿Son difíciles de encontrar estas fiestas? En absoluto, están por todas las redes. Lógicamente, tampoco es difícil encontrar dónde van a ser, al menos para una persona con discreción y sentido común. Sin embargo, para Rutas de Lima, parece ser más difícil que encontrar el tesoro de Barba Negra. Quizá simplemente lo saben y les importa un carajo. Quizá simplemente les ganó la angurria y, a pesar de cobrar bastante por el peaje, no quisieron gastar más. Bueno, señores de Rutas de Lima, les tengo noticias: Cuando administras una de las vías más importantes de Lima, TIENE que importarte. Además, claro, que TIENES que tomar medidas para no JODERLE LA VIDA a la gente.

Ese día en cuestión, tuve que ir, por motivos laborales, a Mamacona. No sé bien si llamarlo urbanización, pues es un conjunto de haciendas, en el Sur de Lima. En un distrito llamado Lurín y que está situado bastante al norte de este distrito. Mamacona está ubicada muy cerca de la primera entrada a Lurín de la Panamericana Sur, a un par de kilómetros de un puente llamado Conchán, que debe su nombre a la refinería del mismo nombre que está ubicada al lado. En este puente, para el acceso a la Panamericana Sur, hay 4 casetas de peaje.

En Mamacona, por obvios motivos, había una fiesta. Es lógico pensar que los asistentes a esta fiesta vienen en su mayoría, del norte. Es lógico que una vez terminada esta fiesta, la mayoría de asistentes se retiren de vuelta al norte. Haciendo un cálculo generoso, digamos que había 600 asistentes a esa fiesta. Digamos que, en promedio, fueron en grupos de 3. Estamos hablando de 200 VEHICULOS ADICIONALES AL TRÄFICO REGULAR.

La cosa, sin embargo, no acaba ahí. De camino, noté, entre los kilómetros 20 y 28, que había otra fiesta, en el sentido de norte a sur. Los asistentes a esa fiesta, para regresar hacia el norte, tenían que viajar un tramo hacia el sur, TOMAR EL PUENTE CONCHAN, DAR LA VUELTA en U, y tomar el acceso de vuelta al norte. Si aplicamos el mismo calculo, ya estamos hablando de 400 vehículos adicionales al tránsito regular.

Tuve que ir 2 veces a Mamacona ese día. La ida no tuvo mayores complicaciones, fui bastante tarde, aproximadamente a las 2 am del primero de noviembre. De regreso, tomé la Panamericana Antigua, para no pagar peaje. Había un tráfico infernal en la zona del peaje porque los “genios” de Rutas de Lima, por angurria, o por tarados no lo sé, decidieron habilitar sólo 2 de las 4 casetas para el pago. Es decir, hagamos números nuevamente. Si cada vehículo se demora, digamos, 30 segundos en pagar el peaje y pasar, para que 400 vehículos lo hagan, serán 200 minutos. Si hay 2 casetas, se convierten en 100 minutos. UNA PUTA HORA Y 40 PARA PASAR UN PEAJE.

La cosa se pone peor. Cuando fui la segunda vez, tuve que pasar por el peaje. Me demoré 40 MINUTOS EN PASAR EL PUTO PEAJE. 40 MINUTOS PARA RECORRER 500 metros. ¿Por qué? Porque a esa hora, apenas 2 horas después de mi primer viaje, los “genios” de Rutas de Lima tenían habilitada SOLO 1 CASETA. Encima, tenías 1 carril de vehículos que venían de la otra fiesta (que tomaban el puente Conchan, daban vuelta en U y tomaban rumbo norte en la Panamericana), 1 carril de gente con sentido común que venía de Lurin, y DOS PUTOS CARRILES DE CONCHUDOS MAL PARIDOS BASTARDOS DE MIERDA que sólo querían “ganarle al tráfico” y terminaban jodiendole la vida a todos los demás.

Tema un poquito aparte es que, en el mencionado puente conchan, hay 2 carriles por sentido construidos. Por alguna razón que desconozco, los “genios” de Rutas de Lima, decidieron anular 1 carril de cada sentido. Esto sin dudas empeora el tráfico también. Lo peor es que no hay razón, no hay motivo justificado para hacerlo, pero lo hicieron.

Señores de Rutas de Lima. Pensar no cuesta y no cansa. A ver si para el próximo año estrenan sus cerebros y usan su sentido común, suponiendo que lo tuvieran, o no les gana la angurria, y ponen más personal en sus peajes para evitar joderle la vida a las personas por esas fechas. A ver también si quitan sus mierdas de colores del puente Conchan y habilitan los 2 carriles anulados. Los esperamos.

martes, 8 de octubre de 2024

El Metropolitano: Problema y posibilidad

He vuelto. Durante muchos años, por falta de interés y de tiempo, dejé de escribir. Hoy, sin embargo, he vuelto, para felicidad de algunos y pena de otros.

Hoy vamos a hablar del Metropolitano. Para quienes no son de Perú (o de Lima para tal caso), el Metropolitano es un servicio de transporte, basado en buses, que corre de norte a sur de la ciudad de Lima. La estación central está situada en el centro de Lima, debajo del conocido Paseo de los Héroes Navales. El servicio recibe 700 mil usuarios diarios entre sus 38 estaciones habilitadas a lo largo de todo su recorrido. Estuve buscando datos sobre la cantidad de usuarios por estación, lo cual no ha de ser muy difícil de saber, simplemente viendo cuanta gente pasa su tarjeta por estación debería darnos un dato bastante aproximado. No encontré. Así que asumamos que las 38 estaciones tienen un flujo de pasajeros homogéneo. Haciendo matemática simple, son 18421 personas. Voy a asumir que los 700 mil usuarios diarios es un número correcto, por lo que asumo son 1 millón 400 mil viajes diarios. Todos van y vienen a sus casas. El Metropolitano, atiende 18 horas al día de lunes a sábado y 17 los domingos. Para efectos prácticos, asumamos que son 18 horas diarias de lunes a domingo. Esto quiere decir que, en un mundo homogéneo, el cual por cierto este no es, 1024 personas por hora usan cada estación. En un minuto vamos a ver el problema.

Resulta ser que el sábado 05 de octubre del 2024, terminé un trabajo en el Jirón de la Unión, a unas 4 cuadras de la estación central, eran aproximadamente las 7.30 a 8.00 pm. Salí con 2 compañeros de trabajo, y al no tener apuro, decidimos tomar el Metropolitano.

Nuestro primer problema fue que el único que tenía tarjeta del Metropolitano (necesaria para pagar y viajar) era yo, y no recordaba si el saldo que tenía en la tarjeta era suficiente para viajar los 3. Lamentablemente, la única forma de conocer el saldo de tu tarjeta antes de pagar por el servicio, es mediante unas maquinitas que también te permiten recargarla. El problema: UNA MAQUINA. EN LA PUTA ESTACIÓN CENTRAL DEL METROPOLITANO hay UNA PUTA MÁQUINA. Una máquina, para, en un mundo homogéneo, 1024 personas la hora o 18421 personas diarias.  Vamos a suponer que, de esas 1024 personas que usan la estación por hora, la mitad debe recargar su tarjeta. Son 512 personas. Digamos que a cada una le toma 20 segundos usar la máquina para recargar. Son 2.84 horas para que 512 personas recarguen sus tarjetas. Lo cual se traduce, en 2 horas con aproximadamente 50 minutos. ¿Y PONES UNA SOLA PUTA MÄQUNA HIJO DE PUTA? O sea, las autoridades y los operadores del metropolitano, 0 cerebro. Tendría que haber al menos 3 máquinas para agilizar el proceso. Tomando en cuenta claro que hay personas que viajan en familia y que usan 1 sola tarjeta para 2 o más personas. Lo indignante de esto, es que ese mismo día, pasé caminando por la estación Benavides del metropolitano. Claro, es una estación más pequeña, y asumo, menos concurrida que la Estación Central. Igual, una sola máquina. La cola de gente buscando recargar era como de 15 metros. La cola en la estación central, habrá tenido unos 25. Esas máquinas deben ser la mejor tecnología del mundo, porque nunca he oído que una se malogre. Imaginen que una se malogre y la gente no pueda recargar y viajar. El apocalipsis, porque no hay plan B. Un compañero averiguó de comprar una tarjeta nueva. Adivinen que, compras la tarjeta, pero viene sin saldo. Compras la tarjeta nueva y tienes que ir a la máquina. Una falta de criterio y de respeto tremenda de nuestras autoridades.

El siguiente problema: la frecuencia y la capacidad de los buses. Cuando entramos a la estación y nos dispusimos a tomar el bus, la cola tenía por lo menos 100 metros. Tuvimos que esperar 3 buses para poder subir, que serían pues unos 15 a 20 minutos. Cuando por fin logramos subir, aja, acertaron, estábamos más apretados que sardinas en red de pescador. Ni siquiera en lata. Si así es un sábado a las 8 pm, no quiero ni imaginar cómo sería un día de semana a las 6.30 pm.

Primera incomodidad: o los frenos de las unidades son demasiado poderosos, o el conductor que me tocó un total inútil, puesto que las frenadas no eran para nada suaves y los pasajeros nos íbamos para adelante. O ese huevón era nuevo o un total inútil. Yo trabajo como chofer, manejo cientos de carros de diferentes marcas y modelos, todos con diferente potencia en los frenos. Incluso en aquellos con frenos más poderosos, me toma unas pocas cuadras poder frenar suavemente.

Ahora bien ¿Sirve el metropolitano? Creo que sí. Cumple su objetivo. Con muchas más molestias de las que debería, pero cumple. Es un sistema ya desactualizado que debería ser cambiado, pues ya cumplió su ciclo y ya no da abasto. Ya no da la talla para lo que se necesita. Entonces, ¿Cómo solucionamos el problema? Hay una idea genial para ello.  No es mía, pero es muy buena. No es secreto para nadie que Lima necesita trenes, subterráneos. Ya tenemos la línea 1 funcionando, la cual no es subterránea, tenemos la línea 2 parcialmente operativa, las líneas 3 y 4 en proyecto y tengo entendido que se han planeado hasta 7. El actual Metropolitano, podría ser la 8.

No sería fácil, pero al menos sería más rápido. Verán, el distrito de Barranco en Lima tiene 2 grandes accesos. La Avenida Bolognesi y la Avenida San Martin. La primera se encuentra restringida en el sentido de ingreso a Barranco porque pues, hay que darle espacio al Metropolitano. Lo mismo sucede en el centro de Lima, cuyas calles son angostas. Se quita espacio a los vehículos automotores y se empeora el tráfico.

El primer paso sería cerrar la estación Matellini en Chorrillos y poner ahí una tuneladora mientras se excava rumbo norte por debajo del actual Metropolitano. Dar vuelta a los buses en otra estación limitada será complejo, pero de alguna manera se puede resolver. Esto con el fin de no perjudicar en demasía a la gente de Chorrillos. Se convierte la estación Matellini en una estación de tren y, cuando se cierre y culmine la siguiente estación, también subterránea, el tren puede, en primera instancia, operar como lo hace actualmente la línea 2, con trenes con locomotoras a ambos lados que una vez se llega al final de la línea, el conductor va al otro extremo del tren y circula en el otro sentido. Se va haciendo así progresivamente hasta llegar a la vía expresa. En ese punto ya se recuperó la Avenida Bolognesi al tránsito regular. El tramo de la vía expresa sería el más sencillo de adaptar. Simplemente se adaptan las estaciones ya existentes y se tienden las vías del tren. Cuando se llega a la estación Central, esta se cierra parcialmente, por un lado, llegan trenes, y por el otro salen buses. Verán, de la estación Central parten 2 rutas diferentes, la A y la B y esto se puede aprovechar. Se cierra primero la A y se saca otra tuneladora por ahí, mientras el lado B sigue operando con buses. Se recupera todo el espacio usado por el metropolitano para los vehículos automotores. Luego se pasa al lado B, el cual se cierra mientras en A ya está operativo en trenes. Claro, no he hecho el plan completo, pero se puede ver eventualmente como perjudicar lo menos posible a los 700 mil usuarios del Metropolitano.

Las ventajas serían claras, menos hacinamiento, pues un tren carga mucha más gente que un bus (he leído que los trenes de la línea 1 tienen una capacidad de llevar, en promedio, 1275 personas, vs los 164 de los nuevos buses del Metropolitano, sin mencionar los actuales que no encontré datos), menos tiempo de viaje, pues un subterráneo no está sujeto a semáforos como el Metropolitano si lo está en muchas partes, y se recuperarían muchos kilómetros (alrededor de 28) de vías para el parque automotor. 

Espero que en algún momento alguna autoridad se ponga los pantalones y vea que este es el camino a seguir. No sólo por la comodidad de los usuarios, si no de los demás ciudadanos que se trasladan en vehículos automotores. Gracias por leerme, hasta la próxima.