He vuelto.
Durante muchos años, por falta de interés y de tiempo, dejé de escribir. Hoy,
sin embargo, he vuelto, para felicidad de algunos y pena de otros.
Hoy vamos a
hablar del Metropolitano. Para quienes no son de Perú (o de Lima para tal
caso), el Metropolitano es un servicio de transporte, basado en buses, que
corre de norte a sur de la ciudad de Lima. La estación central está situada en
el centro de Lima, debajo del conocido Paseo de los Héroes Navales. El servicio
recibe 700 mil usuarios diarios entre sus 38 estaciones habilitadas a lo largo
de todo su recorrido. Estuve buscando datos sobre la cantidad de usuarios por
estación, lo cual no ha de ser muy difícil de saber, simplemente viendo cuanta
gente pasa su tarjeta por estación debería darnos un dato bastante aproximado.
No encontré. Así que asumamos que las 38 estaciones tienen un flujo de
pasajeros homogéneo. Haciendo matemática simple, son 18421 personas. Voy a
asumir que los 700 mil usuarios diarios es un número correcto, por lo que asumo
son 1 millón 400 mil viajes diarios. Todos van y vienen a sus casas. El Metropolitano, atiende 18 horas al día de lunes a sábado y 17 los domingos.
Para efectos prácticos, asumamos que son 18 horas diarias de lunes a domingo.
Esto quiere decir que, en un mundo homogéneo, el cual por cierto este no es, 1024
personas por hora usan cada estación. En un minuto vamos a ver el problema.
Resulta ser que
el sábado 05 de octubre del 2024, terminé un trabajo en el Jirón de la Unión, a
unas 4 cuadras de la estación central, eran aproximadamente las 7.30 a 8.00 pm.
Salí con 2 compañeros de trabajo, y al no tener apuro, decidimos tomar el Metropolitano.
Nuestro primer
problema fue que el único que tenía tarjeta del Metropolitano (necesaria para
pagar y viajar) era yo, y no recordaba si el saldo que tenía en la tarjeta era
suficiente para viajar los 3. Lamentablemente, la única forma de conocer el
saldo de tu tarjeta antes de pagar por el servicio, es mediante unas maquinitas
que también te permiten recargarla. El problema: UNA MAQUINA. EN LA PUTA
ESTACIÓN CENTRAL DEL METROPOLITANO hay UNA PUTA MÁQUINA. Una máquina, para, en
un mundo homogéneo, 1024 personas la hora o 18421 personas diarias. Vamos a suponer que, de esas 1024 personas que
usan la estación por hora, la mitad debe recargar su tarjeta. Son 512 personas.
Digamos que a cada una le toma 20 segundos usar la máquina para recargar. Son
2.84 horas para que 512 personas recarguen sus tarjetas. Lo cual se traduce, en
2 horas con aproximadamente 50 minutos. ¿Y PONES UNA SOLA PUTA MÄQUNA HIJO DE
PUTA? O sea, las autoridades y los operadores del metropolitano, 0 cerebro. Tendría
que haber al menos 3 máquinas para agilizar el proceso. Tomando en cuenta claro
que hay personas que viajan en familia y que usan 1 sola tarjeta para 2 o más
personas. Lo indignante de esto, es que ese mismo día, pasé caminando por la
estación Benavides del metropolitano. Claro, es una estación más pequeña, y
asumo, menos concurrida que la Estación Central. Igual, una sola máquina. La
cola de gente buscando recargar era como de 15 metros. La cola en la estación
central, habrá tenido unos 25. Esas máquinas deben ser la mejor tecnología del
mundo, porque nunca he oído que una se malogre. Imaginen que una se malogre y
la gente no pueda recargar y viajar. El apocalipsis, porque no hay plan B. Un
compañero averiguó de comprar una tarjeta nueva. Adivinen que, compras la
tarjeta, pero viene sin saldo. Compras la tarjeta nueva y tienes que ir a la
máquina. Una falta de criterio y de respeto tremenda de nuestras autoridades.
El siguiente
problema: la frecuencia y la capacidad de los buses. Cuando entramos a la estación y nos
dispusimos a tomar el bus, la cola tenía por lo menos 100 metros. Tuvimos que
esperar 3 buses para poder subir, que serían pues unos 15 a 20 minutos. Cuando
por fin logramos subir, aja, acertaron, estábamos más apretados que sardinas en
red de pescador. Ni siquiera en lata. Si así es un sábado a las 8 pm, no quiero
ni imaginar cómo sería un día de semana a las 6.30 pm.
Primera incomodidad: o los frenos de
las unidades son demasiado poderosos, o el conductor que me tocó un total
inútil, puesto que las frenadas no eran para nada suaves y los pasajeros nos íbamos
para adelante. O ese huevón era nuevo o un total inútil. Yo trabajo como
chofer, manejo cientos de carros de diferentes marcas y modelos, todos con
diferente potencia en los frenos. Incluso en aquellos con frenos más poderosos,
me toma unas pocas cuadras poder frenar suavemente.
Ahora bien ¿Sirve
el metropolitano? Creo que sí. Cumple su objetivo. Con muchas más molestias de
las que debería, pero cumple. Es un sistema ya desactualizado que debería ser
cambiado, pues ya cumplió su ciclo y ya no da abasto. Ya no da la talla para lo
que se necesita. Entonces, ¿Cómo solucionamos el problema? Hay una idea genial
para ello. No es mía, pero es muy buena.
No es secreto para nadie que Lima necesita trenes, subterráneos. Ya tenemos la
línea 1 funcionando, la cual no es subterránea, tenemos la línea 2 parcialmente
operativa, las líneas 3 y 4 en proyecto y tengo entendido que se han planeado
hasta 7. El actual Metropolitano, podría ser la 8.
No sería fácil, pero al menos sería más rápido. Verán, el distrito de Barranco en Lima tiene 2 grandes accesos. La Avenida Bolognesi y la Avenida San Martin. La primera se encuentra restringida en el sentido de ingreso a Barranco porque pues, hay que darle espacio al Metropolitano. Lo mismo sucede en el centro de Lima, cuyas calles son angostas. Se quita espacio a los vehículos automotores y se empeora el tráfico.
El primer paso
sería cerrar la estación Matellini en Chorrillos y poner ahí una tuneladora
mientras se excava rumbo norte por debajo del actual Metropolitano. Dar vuelta
a los buses en otra estación limitada será complejo, pero de alguna manera se
puede resolver. Esto con el fin de no perjudicar en demasía a la gente de
Chorrillos. Se convierte la estación Matellini en una estación de tren y,
cuando se cierre y culmine la siguiente estación, también subterránea, el tren
puede, en primera instancia, operar como lo hace actualmente la línea 2, con
trenes con locomotoras a ambos lados que una vez se llega al final de la línea,
el conductor va al otro extremo del tren y circula en el otro sentido. Se va
haciendo así progresivamente hasta llegar a la vía expresa. En ese punto ya se
recuperó la Avenida Bolognesi al tránsito regular. El tramo de la vía expresa
sería el más sencillo de adaptar. Simplemente se adaptan las estaciones ya
existentes y se tienden las vías del tren. Cuando se llega a la estación
Central, esta se cierra parcialmente, por un lado, llegan trenes, y por el otro
salen buses. Verán, de la estación Central parten 2 rutas diferentes, la A y la
B y esto se puede aprovechar. Se cierra primero la A y se saca otra tuneladora
por ahí, mientras el lado B sigue operando con buses. Se recupera todo el
espacio usado por el metropolitano para los vehículos automotores. Luego se
pasa al lado B, el cual se cierra mientras en A ya está operativo en trenes.
Claro, no he hecho el plan completo, pero se puede ver eventualmente como
perjudicar lo menos posible a los 700 mil usuarios del Metropolitano.
Las ventajas
serían claras, menos hacinamiento, pues un tren carga mucha más gente que un bus (he leído que los trenes de la línea 1 tienen una capacidad de llevar, en promedio, 1275 personas, vs los 164 de los nuevos buses del Metropolitano, sin mencionar los actuales que no encontré datos), menos tiempo de viaje, pues un subterráneo no está sujeto a
semáforos como el Metropolitano si lo está en muchas partes, y se recuperarían
muchos kilómetros (alrededor de 28) de vías para el parque automotor.
Espero que en algún momento alguna autoridad se ponga los pantalones y vea que este es el camino a seguir. No sólo por la comodidad de los usuarios, si no de los demás ciudadanos que se trasladan en vehículos automotores. Gracias por leerme, hasta la próxima.