Los hechos que llevan varios meses ocurriendo en Perú ya son insostenibles. La inseguridad impera y hace apenas unos días un menor de 6 años fue asesinado en una unidad de transporte urbano en el distrito de Independencia. Se presume que el móvil del crimen fue la extorsión. El chofer de la unidad resultó herido y el niño que iba justo detrás falleció.
Es alucinante que
un ciudadano de a pie, como quien escribe, tenga que enseñarle a una
funcionaria pública como hacer su trabajo. Es incluso peor cuando se trata de
una funcionaria de carrera como la Sra. Boluarte. Es más, ojalá fuera sólo a
uno, pero no, es a varios. A lo largo de los meses he oído, no sólo a la Presidenta
Dina Boluarte, sino también al otrora Ministro del Interior Santiváñez, afirmar
que el problema no radica en el trabajo de la Policía Nacional del Perú, si no
en el Poder Judicial y la Fiscalía de la Nación. Como buenos funcionarios
públicos peruanos, y hasta me atrevería a decir que, como buenos peruanos, le “tiran
la pelota” a otro. Una forma insultante de decir “el problema no soy yo, el
problema es otro”. Hasta ahí nada nuevo. Es indignante el nivel hasta el que
esto se ha normalizado.
Desde esta
humilde tribuna tengo yo que dar lecciones. No soy político, pero ante tanta
incompetencia, ante tanta corrupción y ante tanto egoísmo me veo en la penosa
necesidad de dar lecciones de cómo hacer su trabajo. Sinceramente estoy
considerando meterme en política, porque, aunque no tenga los estudios
universitarios completos, tengo lo que estoy seguro es más importante que nada:
SENTIDO COMÚN. De taquito nomás, también tengo discreción. Por cierto, no hablo
de la discreción que se refiere a la reserva. Revisen un diccionario si no
saben de lo que hablo.
Supongamos por un
momento que la Sra. Boluarte y el Sr. Santiváñez tienen razón. ¿Ahí muere el
payaso entonces? ¿Ahí terminó mi trabajo? Parece que, para este gobierno, e
históricamente para todos los funcionarios públicos peruanos, si. PUES NO
SEÑORES. Ahí no muere el payaso. HACES UN SEGUIMIENTO. Como gobierno tienes las
cifras. Digamos W detenidos por tal delito, X condenados, Y absueltos y Z que
fueron irregularmente puestos en libertad.
Lo primero que
tienes que establecer es la relación entre X e Y. Digamos que X es 100 e Y es
20. O sea, hay un 80% de liberación. Lo que sigue es averiguar la causa. Hablar
con fiscales y hablar con la policía sobre por qué no se logró la condena. ¿Al fiscal le falta marco legal para lograr
condenas? Vas al congreso, presentas tu iniciativa legislativa (facultad
constitucional del poder ejecutivo) y hablas con las bancadas para que se
apruebe. Obviamente, siendo esto el Perú pues, si tienes suerte y va en favor
de sus intereses, te lo aprueban. Si les caes mal o va en contra de sus
intereses, habrá que buscar otro camino. ¿No se logran condenas porque la
policía no consigue pruebas? Bueno, mejoras la criminalística de la PNP. Ahí si
nadie te frena. El congreso no puede hacer nada. Una vez que ya tienes esa
información, vuelcas tu atención sobre Z. ¿Fueron puestos en libertad porque
eran inocentes, por presunta corrupción, o por falla en el sistema? Si eran
inocentes, en buena hora. Si es por una falla del sistema (como en algunos
casos que no se cumplen los plazos legales por la fiscalía o policía) tratas de
averiguar la causa, quizá el fiscal estaba con exceso de trabajo, quizá la
policía. Haces las correcciones necesarias y ya está.
Tan difícil no
es. Sólo se necesita un poquito de sentido común, de discreción y de criterio.
Cosa de la que la sociedad peruana aparentemente carece absolutamente. Como
siempre, trabajo hecho a la mitad.