Soy conocido por mi fascinación por los temas controversiales y polémicos. Si bien este artículo no contiene temas que cumplan con una o ambas de esas características, estoy seguro que va a dar mucho de que hablar.
Hoy pretendo hablar del amor y de los sexos, tanto masculino como femenino. Voy a hablar sobre mis teorías relacionadas al tema. Voy a explorar lo que creo significa una relación amorosa para ambos sexos, así como las posibles razones del motivo que nos lleva a entablar relaciones amorosas. Estoy seguro que algunos se sentirán impactados y algunos otros indignados, pues planeo ser cortante así como, fiel a mi estilo, no callarme nada. Léase bajo su propio riesgo.
El amor es un sentimiento que, hasta donde se sabe, es propio de los seres humanos. Es un sentimiento complejo e idolatrado por la mayoría. Mi opinión personal es que es un sentimiento sobrevalorado y que las personas lo creen algo que no es.
No es tema de debate que el amor tiene su razón de ser reproductiva, pues sólo nos enamoramos de personas que se nos hacen físicamente atractivas de uno u otro modo. Es una forma de “mejorar la especie”. Sin embargo, afirmar que este el único elemento que “juega” en la compleja ecuación que es el amor, sería errado. Yo creo que se compone de muchos más, como las necesidades de protección y de ser querido. Ambos sexos se enamoran, a mi parecer, por motivos diferentes.
No me parece coincidencia que la vida amorosa de las personas empiece en la adolescencia. Es en esta etapa de la vida cuando los padres dejan de ser seres perfectos y semidioses (como lo son para todos los niños) para pasar a ser meros seres humanos con todas las imperfecciones que esto involucra. En algunos casos, uno o ambos padres termina siendo considerado un estorbo.
Debo aclarar que el fenómeno que voy a presentar a continuación, creo yo, es exclusivo del sexo masculino, pues nunca lo he visto en mujeres. Sin embargo, esto no quiere decir que no se presente en el sexo femenino. A continuación, voy a presentar los hechos que he presenciado con la crudeza del lenguaje que ciertas situaciones requieren.
Si un hombre tiene una relación más estrecha con su padre que con su madre, no sucede el fenómeno. Si se tiene una relación mas estrecha con la madre, le tomará a este hombre más tiempo, que el de los hombres que no poseen esta relación cercana, en iniciar su vida amorosa. Incluso, una vez iniciada esta, la madre podría terminar siendo el peor dolor de ovarios existente para su enamorada.
Los seres humanos, indiferentemente de nuestro sexo, tenemos tanto un lado masculino como femenino en nuestra forma de ser. Algunos hombres tienen su lado femenino más desarrollado que el masculino, sin que esto afecte su preferencia sexual. Es decir, no por tener el lado femenino más desarrollado que el masculino, un hombre se vuelve gay. Yo soy el vivo ejemplo de esta afirmación. De la misma manera sucede con las mujeres. Esto no es algo genético, sino un reflejo de las experiencias que vivimos y cuanto aprendimos sobre ellas. En mi caso, al crecer rodeado de mujeres y sin ninguna figura masculina, desarrollé más mi lado femenino.
Pasemos ahora a las verdades. Entonces ¿Qué significa una relación amorosa para un hombre? Si el hombre en cuestión tiene su lado masculino más desarrollado, algo así como el 95% de la población masculina, se resume en una palabra: sexo. No en vano dicen que el hombre piensa con el pene. Esto se cumple en el 95% de la población masculina. Una enamorada es la forma más ineficiente (acéptenlo chicas, nos salen caras) de tener a alguien a tu disposición para tener sexo cuando uno quiere y de paso liberarse del tan odiado, por la mayoría de hombres, condón. Pero por el otro lado, le ahorra a los hombres el salir de “cacería” los fines de semana. Esto consiste en ir a buscar a algún club, reunión o discoteca, una chica a la cual follarse. Los hombres poseen, unos en mayor medida que otros, explosiones de testosterona que los lleva a un deseo incontrolable de tener sexo. Claro que podría afectar esta afirmación el hecho de que mientras los hombres se jactan con sus amigos de cuantas chicas se han “tirado” y “que tan buenas estaban”, las mujeres se reservan comentarios al respecto de sus encuentros sexuales. Hagamos un experimento: ustedes mis queridas lectoras, averigüen cuantas de sus amigas (inclúyanse si es el caso) perdieron la virginidad por insinuación, presión o pedido explícito de un enamorado. Verán que son alrededor del 95% de las que no son vírgenes (eso no puede ser coincidencia, ¿o si?). En mi experiencia personal, eso es una realidad que se debe a la necesidad del hombre, que es muy superior a la de la mujer, por tener sexo. Mi opinión es que aquel que ama en verdad nunca insinuará, pedirá o presionará para tener relaciones. Él sabrá esperar que ustedes estén listas. También tengo que afirmar que creo firmemente que todas aquellas que tuvieron relaciones por pedido, insinuación o presión del enamorado son unas idiotas, pues nunca debes hacer lo que no quieres hacer, sin importar quién te lo pida. Sin embargo yo creo que el hecho de que lo hagan responde a la necesidad de conservar al enamorado (el proveedor de las razones por las que se enamoran las mujeres).
Esto último me lleva a mi siguiente punto: ¿Por qué se enamoran las mujeres? Bueno, en mi experiencia, esto se debe a la necesidad de la mujer por ser querida (la cual no es exclusiva de las mujeres), la necesidad de sentirse protegida y en algunos casos, importante. En fin, volvamos a las mujeres. ¿No les parece extraño que la mayoría de abrazos que reciben las mujeres sean por la espalda? Adivinen que, esto también tiene una razón de ser. Un estudio reveló que la mayoría (no tengo cifras exactas) de personas que entran por primera vez a algún lugar, se sientan con la espalda hacia la pared. Es lógico pensar que los seres humanos, aunque sea a un nivel inconciente, nos sentamos desprotegidos por detrás, pues los sentidos que son utilizables a la distancia están orientados hacia el frente. Sin embargo, debido a la sociedad machista en la que vivimos, el hombre (yo incluido) se siente en la obligación de proteger a un ser “tan indefenso” como es una mujer, especialmente si es su enamorada. Es sabido por todos que todas las mujeres adoran los arrumacos, besos, abrazos y caricias de sus enamorados. En algunos casos adoran que sean detallistas. Si un hombre es detallista con su enamorada, la hace sentirse importante. Cuando está en un arrumaco, le da un beso o la acaricia, la hace sentir querida. Cuando la abraza, indiferentemente de por donde, la hace sentir protegida. Es decir, las 3 necesidades que afirmo son la causa del amor en las mujeres. En todos los casos esta mínimo presente la necesidad de sentirse querida (las otras 2 son variables que dependen de la mujer).
En conclusión, el amor es más bien una adicción a elementos que provee una persona del sexo opuesto (o igual, según sea el caso). Como toda buena adicción, nos hace estúpidos, idiotas, nubla nuestro juicio y nos hace incapaces de tomar decisiones acertadas. Nos vuelve esclavos de aquella otra persona por la cual, sin importar si lo queremos o no, haríamos lo que sea por complacer. Si alguna vez dudaron sobre si tener relaciones o no con su enamorado y el las tuvo que presionar, lo siento, no es amor. Es algo más que estás confundiendo con amor. “Es más fácil ver una batalla desde una colina que desde dentro” se afirma correctamente.
Mi teoría del ciclo del éxito
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Primero quiero dar un feliz año a todos mis lectores, y que recuerden sus
deseos porque mientras más los recordemos, más actividad haremos por ellos
y así...
Hace 16 años