jueves, 29 de mayo de 2008

Todo sobre los sexos y el amor: La verdad aunque te duela

Soy conocido por mi fascinación por los temas controversiales y polémicos. Si bien este artículo no contiene temas que cumplan con una o ambas de esas características, estoy seguro que va a dar mucho de que hablar.
Hoy pretendo hablar del amor y de los sexos, tanto masculino como femenino. Voy a hablar sobre mis teorías relacionadas al tema. Voy a explorar lo que creo significa una relación amorosa para ambos sexos, así como las posibles razones del motivo que nos lleva a entablar relaciones amorosas. Estoy seguro que algunos se sentirán impactados y algunos otros indignados, pues planeo ser cortante así como, fiel a mi estilo, no callarme nada. Léase bajo su propio riesgo.
El amor es un sentimiento que, hasta donde se sabe, es propio de los seres humanos. Es un sentimiento complejo e idolatrado por la mayoría. Mi opinión personal es que es un sentimiento sobrevalorado y que las personas lo creen algo que no es.
No es tema de debate que el amor tiene su razón de ser reproductiva, pues sólo nos enamoramos de personas que se nos hacen físicamente atractivas de uno u otro modo. Es una forma de “mejorar la especie”. Sin embargo, afirmar que este el único elemento que “juega” en la compleja ecuación que es el amor, sería errado. Yo creo que se compone de muchos más, como las necesidades de protección y de ser querido. Ambos sexos se enamoran, a mi parecer, por motivos diferentes.
No me parece coincidencia que la vida amorosa de las personas empiece en la adolescencia. Es en esta etapa de la vida cuando los padres dejan de ser seres perfectos y semidioses (como lo son para todos los niños) para pasar a ser meros seres humanos con todas las imperfecciones que esto involucra. En algunos casos, uno o ambos padres termina siendo considerado un estorbo.
Debo aclarar que el fenómeno que voy a presentar a continuación, creo yo, es exclusivo del sexo masculino, pues nunca lo he visto en mujeres. Sin embargo, esto no quiere decir que no se presente en el sexo femenino. A continuación, voy a presentar los hechos que he presenciado con la crudeza del lenguaje que ciertas situaciones requieren.
Si un hombre tiene una relación más estrecha con su padre que con su madre, no sucede el fenómeno. Si se tiene una relación mas estrecha con la madre, le tomará a este hombre más tiempo, que el de los hombres que no poseen esta relación cercana, en iniciar su vida amorosa. Incluso, una vez iniciada esta, la madre podría terminar siendo el peor dolor de ovarios existente para su enamorada.
Los seres humanos, indiferentemente de nuestro sexo, tenemos tanto un lado masculino como femenino en nuestra forma de ser. Algunos hombres tienen su lado femenino más desarrollado que el masculino, sin que esto afecte su preferencia sexual. Es decir, no por tener el lado femenino más desarrollado que el masculino, un hombre se vuelve gay. Yo soy el vivo ejemplo de esta afirmación. De la misma manera sucede con las mujeres. Esto no es algo genético, sino un reflejo de las experiencias que vivimos y cuanto aprendimos sobre ellas. En mi caso, al crecer rodeado de mujeres y sin ninguna figura masculina, desarrollé más mi lado femenino.
Pasemos ahora a las verdades. Entonces ¿Qué significa una relación amorosa para un hombre? Si el hombre en cuestión tiene su lado masculino más desarrollado, algo así como el 95% de la población masculina, se resume en una palabra: sexo. No en vano dicen que el hombre piensa con el pene. Esto se cumple en el 95% de la población masculina. Una enamorada es la forma más ineficiente (acéptenlo chicas, nos salen caras) de tener a alguien a tu disposición para tener sexo cuando uno quiere y de paso liberarse del tan odiado, por la mayoría de hombres, condón. Pero por el otro lado, le ahorra a los hombres el salir de “cacería” los fines de semana. Esto consiste en ir a buscar a algún club, reunión o discoteca, una chica a la cual follarse. Los hombres poseen, unos en mayor medida que otros, explosiones de testosterona que los lleva a un deseo incontrolable de tener sexo. Claro que podría afectar esta afirmación el hecho de que mientras los hombres se jactan con sus amigos de cuantas chicas se han “tirado” y “que tan buenas estaban”, las mujeres se reservan comentarios al respecto de sus encuentros sexuales. Hagamos un experimento: ustedes mis queridas lectoras, averigüen cuantas de sus amigas (inclúyanse si es el caso) perdieron la virginidad por insinuación, presión o pedido explícito de un enamorado. Verán que son alrededor del 95% de las que no son vírgenes (eso no puede ser coincidencia, ¿o si?). En mi experiencia personal, eso es una realidad que se debe a la necesidad del hombre, que es muy superior a la de la mujer, por tener sexo. Mi opinión es que aquel que ama en verdad nunca insinuará, pedirá o presionará para tener relaciones. Él sabrá esperar que ustedes estén listas. También tengo que afirmar que creo firmemente que todas aquellas que tuvieron relaciones por pedido, insinuación o presión del enamorado son unas idiotas, pues nunca debes hacer lo que no quieres hacer, sin importar quién te lo pida. Sin embargo yo creo que el hecho de que lo hagan responde a la necesidad de conservar al enamorado (el proveedor de las razones por las que se enamoran las mujeres).
Esto último me lleva a mi siguiente punto: ¿Por qué se enamoran las mujeres? Bueno, en mi experiencia, esto se debe a la necesidad de la mujer por ser querida (la cual no es exclusiva de las mujeres), la necesidad de sentirse protegida y en algunos casos, importante. En fin, volvamos a las mujeres. ¿No les parece extraño que la mayoría de abrazos que reciben las mujeres sean por la espalda? Adivinen que, esto también tiene una razón de ser. Un estudio reveló que la mayoría (no tengo cifras exactas) de personas que entran por primera vez a algún lugar, se sientan con la espalda hacia la pared. Es lógico pensar que los seres humanos, aunque sea a un nivel inconciente, nos sentamos desprotegidos por detrás, pues los sentidos que son utilizables a la distancia están orientados hacia el frente. Sin embargo, debido a la sociedad machista en la que vivimos, el hombre (yo incluido) se siente en la obligación de proteger a un ser “tan indefenso” como es una mujer, especialmente si es su enamorada. Es sabido por todos que todas las mujeres adoran los arrumacos, besos, abrazos y caricias de sus enamorados. En algunos casos adoran que sean detallistas. Si un hombre es detallista con su enamorada, la hace sentirse importante. Cuando está en un arrumaco, le da un beso o la acaricia, la hace sentir querida. Cuando la abraza, indiferentemente de por donde, la hace sentir protegida. Es decir, las 3 necesidades que afirmo son la causa del amor en las mujeres. En todos los casos esta mínimo presente la necesidad de sentirse querida (las otras 2 son variables que dependen de la mujer).
En conclusión, el amor es más bien una adicción a elementos que provee una persona del sexo opuesto (o igual, según sea el caso). Como toda buena adicción, nos hace estúpidos, idiotas, nubla nuestro juicio y nos hace incapaces de tomar decisiones acertadas. Nos vuelve esclavos de aquella otra persona por la cual, sin importar si lo queremos o no, haríamos lo que sea por complacer. Si alguna vez dudaron sobre si tener relaciones o no con su enamorado y el las tuvo que presionar, lo siento, no es amor. Es algo más que estás confundiendo con amor. “Es más fácil ver una batalla desde una colina que desde dentro” se afirma correctamente.

martes, 13 de mayo de 2008

Vive y deja Morir (Live and Let Die)

La eutanasia es un tema polémico desde hace mucho tiempo y lo seguirá siendo durante mucho tiempo más. La polémica nace en, para variar, los derechos humanos. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española tiene esta definición de eutanasia: “Acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él” o también: "Muerte sin sufrimiento físico". Sin embargo, la cosa va mucho más allá. No todas las situaciones a las que llamamos eutanasia entran en la definición. Muchas personas incluso consideran la eutanasia también como una muerte asistida por un médico, pero siempre hablando de un paciente que diagnosticado o no, está muriendo. Hay que aclarar que diagnostico es saber que padecimiento tiene una persona. Una persona puede estar muriendo sin estar diagnosticada. Sin embargo, quiero empezar hablando de los derechos humanos.

La Constitución política del Perú dice, en su segundo artículo, inciso primero: “Toda persona tiene derecho a: A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar. El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece.” La constitución peruana en ese artículo refiere a los derechos humanos, quedémonos sólo con la parte de “derecho a la vida”. A casi todo el mundo que conozco, la frase “XXX está bajo arresto por XXX. Tiene derecho a permanecer callado, todo lo que diga puede ser usado en su contra en un tribunal…” y todo lo que sigue se les hace muy conocida, pues aparece en todas las series policiales habidas y por haber. En este caso, no quedarse callado sería renunciar a ese derecho. Incluso en los tribunales, uno se puede representar a si mismo, lo que involucra renunciar al derecho a un abogado. Se concluye entonces, por lógica, que la vida siendo un derecho, es renunciable. Incluso en EEUU existe un documento que un paciente puede firmar que se llama “DNR” por sus siglas en inglés. Traducido al español, este documento sería “No resucitar”. Es decir que un paciente tiene el derecho de exigir que no se le resucite tras un paro cardiaco. Está renunciando a su vida.

Volvamos a la eutanasia. Si una persona ha dejado un papel donde dice que no quiere ser enchufado a una máquina, ¿tenemos el derecho de mantenerlo conectado? La respuesta es no, pues el ha renunciado a su derecho y tiene derecho a decidir sobre su cuerpo y su vida. Lo mismo aplica para una paciente terminal que pide una “muerte asistida” por un médico. Pongámonos ahora en el otro caso, una persona con muerte cerebral que no ha dejado ningún papel. ¿Se le debe desconectar? Complicado. El cerebro es el órgano más complicado del cuerpo. Posee diversas zonas especializadas. El tallo cerebral controla los signos vitales, así como otra zona controla quien se es. La muerte de neuronas, según el caso puede afectar más una zona que otra. Hay que recalcar que las neuronas no se regeneran, pero si se reconectan. Es decir, forman conexiones nuevas. Existen las pruebas de irreversibilidad, que se usan para establecer hasta que punto el daño cerebral es reversible. A pesar de un resultado negativo en esta prueba, es decir que el daño es irreversible, hay gente que mantiene a sus seres queridos conectados a una máquina con la esperanza de que algún día despierten.

No puedo culminar este artículo sin hablar de la psicología detrás de este hecho. “La esperanza es lo último que se pierde” es una frase famosa. El hecho de que dejen conectado a su ser querido responde a un mero acto egoísta (ver: Teoría de la Personalidad). La esperanza de que el ser querido despierte y todo vuelva a ser como antes. Las personas son extrañas, pues la mayoría de religiones afirma que existe otro plano a donde se va una vez que se muere y que es mejor que esta realidad. Sin embargo, todos lloramos en velorios y/o entierros o mínimo nos da pena. Cuando tratamos de confortar a un deudo, normalmente le decimos “está en un lugar mejor”. ¡JA! Lo increíble es que ni nosotros mismos nos la creemos. Si perdemos a un ser querido, lloramos. Si en verdad creyéramos eso, nos alegraríamos en lugar de llorar, porque ¿quién no se alegra por la dicha de un ser querido? Quizá este siendo muy optimista y no sea que lloramos porque no lo creemos, sino que lloramos por la falta que nos va a hacer esa persona.

La vida es un derecho, decidir sobre nuestras vidas es otro derecho. Se nos esta legalmente permitido renunciar a nuestros derechos. Si una persona no quiere vivir, no tiene por que hacerlo. Si no quiere estar conectado a una maquina, no tiene por que ser conectado. Si una persona no tomó una decisión sobre si ser o conectado a una maquina, no nos corresponde decidir por ellos. Si existe una posibilidad, dependiendo del daño cerebral, de que una persona despierte. Sin embargo, si depende de maquinas para mantenerse vivo, yo opino que ya está muerto. Si el cerebro carece de la capacidad de controlar sus funciones vitales, en otros tiempos pasados esa persona estaría muerta. Si tienes o en algún momento te toca decidir sobre el destino de una persona que tiene que estar conectada a una maquina para sobrevivir, yo te digo: ¡Vive y deja morir!