martes, 5 de agosto de 2008

Tributo a un Ángel

Hace algunos años ya, una amiga me llamó “ángel”. No creo serlo, pues sólo hago lo que debo. Muy aparte de si Dios y Satanás existen, los ángeles existen. Sin embargo, no son como los imaginan. No tienen aureolas, no tienen alas, no vuelan, no desaparecen, no brillan y tampoco son perfectos. Son personas, personas maravillosas que dan todo de si por los demás. Personas a las que no les importa salir heridos con fin de ayudar a otro.
Hoy quiero rendirle tributo a una persona maravillosa, una persona que se preocupó por mi cuando sus problemas son peores. Una chica realmente maravillosa a la que no le importó que la odie, que la insulte, que la hiera con tal de que yo salga lo mejor parado posible de nuestro problema. Lamentablemente, su humildad, solidaridad y amor por el prójimo no la dejaron contarme sus problemas, de los cuales me enteré por otra fuente. Todo eso que hiciste por mí y todas las “balas” que tomaste por mí, no tienes idea como te lo agradezco.
En serio, como te lo escribí en el mail Jennifer, no tienes idea de lo idiota que me siento, no tienes idea de lo cojudo y lo basura que me siento por haberte dicho todas esas cosas. Espero que algún día entiendas y me exoneres de algo (aunque sea mínimo) de la culpa por no saber, pero entenderás que algún día me gustaría pagártelo de la forma que sea, pues de todo corazón te digo que te lo debo.
Me retracto públicamente de todo lo que dije por enésima vez y aún así, nunca voy a acabar de pedirte perdón, de arrepentirme y dejar de sentirme un idiota, una basura y la peor mierda que hay. En serio espero que lo que te dije (aunque sé que odias la psicología) no te deje ninguna secuela psicológica. Nunca me perdonaría si eso pasa. Aunque tampoco me voy a perdonar jamás lo que hice, pues te “golpeé” cuando ya estabas de rodillas y eso nunca se debe hacer.
Que todo este asunto, el cual pretendo cerrar con este artículo, quede como constancia de la estupidez a la que un ser humano puede llegar por ignorancia, pero sobretodo por rabia, ira y dolor. También quiero aclarar que no es un “ahora que publiqué esto, perdóname”, tampoco es un “todavía me gustas” y menos es un “perdóname y volvamos a ser amigos”. Simplemente es un homenaje para ti, que eres una persona excepcional y a tu corta edad mucho mejor de lo que yo jamás llegaré a ser. Me has dado una lección de humildad, solidaridad, entrega y desprendimiento que jamás olvidaré. Esto es un tributo a una persona maravillosa que merece todo el respeto y todo lo mejor que hay en el mundo. Es mi legado para ti, pues ya que te humillé, te insulté y todo eso, me siento en la obligación de reparar en algo el daño. También espero que te resulte de ayuda, que te suba la autoestima y te ayude a salir de tus líos. Es algo que siento debo hacer como un último acto de cariño hacia ti antes de desaparecer totalmente de tu vida. Chau, cuídate mucho y si algún día necesitas un tremendo idiota y cojudo con el que hablar sobre lo que sea, estoy aquí para ti.


No quiero comentarios, no quiero que la jodan preguntándole nada de lo que está escrito aquí. Ella sabrá decidir si contarles o no, así que por mientras bola de chismosos idiotas, vayan a meter su hocico en otra parte. Este tema se acaba acá.

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