Lo que no conté en mi artículo anterior (Camino al Calvario) es que ese mismo año yo había empezado clases en la Universidad de Lima. Al poco tiempo de esto, me dí cuenta que me sentía demasiado cansado durante el día. No tardé mucho en empezar a dormir mucho más de 8 horas al día (recuerdo una vez que dormí 20 horas). No podía estudiar, pues a los 10 minutos de tomar un libro me quedaba dormido. Cuando lograba terminar el texto, no podría recordar nada de lo leído. Los fines de semana, al salir con mis amigos me moría de sueño y si no me iba me quedaba dormido en el carro. Habían veces que incluso los dejaba plantados porque me sentía cansado, me recostaba y me quedaba dormido. Lo más increíble es que a veces en esos caso me levantaba y salía de mi casa a eso de las 3 am. Jalé muchos cursos en la Universidad y me vi forzado a dejar mis estudios pues no podía estudiar así.
Aunque me demoré mucho, quizá porque luego del episodio del manicomio no quería aceptar que había algo mal conmigo, en aceptar que tenía un problema. Como ya dije anteriormente, pensé que era algo hormonal en un inicio, asi que fui a la Maison de Santé y pedí una cita con la endocrinóloga. Luego de una bateria de análisis, llegó a la conclusión que mi cuerpo estaba marchando perfectamente, por lo que me dijo que vaya a ver a una psicóloga. Dado que sólo conocía a Claudia Cáceres, porque fue ella quien me realizó el exámen psicológico, decidí ir con ella.
Si bien Claudia es una buena persona, como profesional a mi me dejó mucho que desear. Su idea de lo que me pasaba giraba en torno a los aparátos electrónicos de mi cuarto (televisor, radio, play 2, gamecube, computadora, etc.) y de cómo estos me succionaban la energía. Ahora que lo pienso bien, quizá llegó a esa conclusión porque nunca le conté todo sobre mi vida. Lo único que llegó a concluir que valía la pena era que yo sufría de hipersomnia (exceso de sueño).
Al cabo de un tiempo, mi tía Tony le pasó el dato a mi madre sobre la doctora Isabel Nieto, quien es especialista en hipersomnia. La primera vez que me vió Isabel no demoró ni 20 minutos en darme un diagnóstico: "Sufres de depresión". Lo único que yo sabía de la depresión hasta ese momento era que las personas se suicidaban por su culpa. Luego Isabel me explicó que la hipersomnia no era más que una consecuencia de la depresión. Mi cerebro buscaba escapar de la realidad y la forma que lo hacía era durmiendo. Me considero afortunado pues hay otros "escapes" de la realidad, entre los cuales se encuentran las drogas, el alcoholismo y el suicidio entre otros. Mi cerebro optó por el sueño, por lo que estoy agradecido.
Isabel me recetó medicamentos. Al principio eran 1 para controlar mi depresión y otro para permitirme dormir bien. Luego de muchos cambios de pastillas por muchas razones (principalmente porque los que se suponían debían permitirme dormir bien me dopaban y algunas no tuvieron un efecto duradero pues luego de un tiempo ya no tenían efecto alguno en mi). Terminé con Welbutrin (o algo asi) que actualmente sigo tomando porque es una pastilla que se tiene que dejar progresivamente. La dósis que tomo actualmente es 1 pastilla inter-diario. Valcote es la otra pastilla con la que salí de la depresión que actualmente ya no tomo. En el caso de ambas pastillas, tuvimos que experimentar mucho con la dósis.
Poco antes de salir de mi infierno, Isabel me diagnosticó transtorno bipolar (3 o 4 no recuerdo bien). Esto me chocó bastante, pero terco yo, decidí probarle a mi psiquiatra que no tenía esa enfermedad. Le pregunté cual era la pastilla que tomaba para eso, a lo que me respondió que era el Valcote, pues tenía esa función aparte de la del control de la depresión. Con el fin de probar mi punto, dejé de tomar el Valcote por un mes sin decirle nada a Isabel. No habiendo mostrado cambio alguno, mi psiquiatra concluyó que se había equivocado.
Luego de salir de la depresión y no podiendo ya seguir en la Universidad de Lima, decidí pasarme a la UPC donde actualmente me encuentro inscrito en Publicidad pero haciendo mi trámite para migrar a Psicología.
Espero que todos los que lean este artículo se den cuenta que nadie está libre de que algo así les pase y si les está pasando, tengan al menos una idea de que es lo que tienen. La depresión no es el fin del mundo, pues se puede curar aunque la cura tome tiempo y mucho esfuerzo. Luego de esto yo creo firmemente que la depresión es la peor enfermedad que hay, pues no peleas contra un virus, un cancer o una malformación; peleas contra ti mismo. Si logras vencer, puedes hacer todo lo que te propongas, pues ya no hay nada ni nadie que te pueda detener.
1 comentario:
Hola, leí tu vivencia y me aprece muy interesante.
Pues hace poco me recetaron VALCOTE como tratamiento para mi migraña, pero me di cueta q esto tmb hacía efecto en personas BIPOLARES, no se si yo sea una de ellas pues hace un par de meses alguien me dijo que si, por el caracter que tengo, hoy decidi investigar sobre eso y todas las caracteristicas coinciden. No quiero adelantarme a los hechos, así que URGEBTE ire con un Psicólogo, aunque eso ya lo habia decidido..........
Suerte!!!
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